La noche en que la tormenta llegó, una niña descalza susurró ‘Hola, papá’ tras las rejas de nuestra mansión… y cuando abrí su carta, el destino de mi familia cambió para siempre.
Aún recuerdo el primer día que la vi—una niña pequeña con un vestido amarillo descolorido, caminando descalza frente a los altos portones negros de Whitmore Estate. No tendría más de diez años. Llevaba el pelo sujeto con una pequeña cinta azul, de esas que se deshilachan con los lavados. Permaneció inmóvil, mirando las letras grabadas … Read more