La criada acusada de robo entró sola al juzgado, hasta que el hijo del millonario tomó la palabra
Clara había servido a la familia Delgado durante muchos años. Cada mañana, enceraba los muebles hasta que brillaban, fregaba cada rincón de su gran casa solariega, preparaba sus comidas y aseguraba que todo en la mansión irradiara paz y orden. Era callada, respetuosa y leal hasta la médula. Para todos, resultaba invisible, aunque indispensable. Con … Read more